Cuesta 6 veces más conseguir un nuevo cliente que hacer que uno vuelva o nos recomiende, por eso la estrategia principal de la gran parte de los establecimientos turísticos es la fidelización.

Si bien es cierto que sin una buena experiencia el cliente nunca nos va a recomendar, y que existen múltiples formas de fidelizar a nuestro cliente, el merchandising siempre ha sido una de las estrellas del espectáculo. Lo viene siendo desde hace años y probablemente siga teniendo un fuerte protagonismo, al menos con algunos cambios.

Las ventajas del merchandising personalizado.

La primera es que nos ayuda a superar las expectativas del cliente. Pocos clientes se esperan un regalo personalizado, y la experiencia de recibirlo siempre es muy positiva. Nos ayuda a sorprenderle y a otorgarle ese pequeño toque especial que probablemente le haga recordarnos en el futuro. Al rededor de un 90% de las personas que han recibido regalos de una marca, son capaces de recordar su nombre con posterioridad.

Un aspecto más sencillo, pero no menos importante, es su durabilidad, y es que un regalo personalizado puede durar un mínimo de 1 año en posesión de nuestro cliente. Mientras lo tiene, simplemente recuerda nuestra marca y su experiencia positiva, potenciando las posibilidades de volver o de recomendarnos.

Por último, el merchandising es uno de los pocos medios publicitarios que no provocan rechazo. No interrumpe el visionado de una película, no interfiere en los clics que queremos realizar o nos despista. Simplemente es aceptado con agrado la mayor parte del tiempo, o bien simplemente se deshecha sin provocar rechazo.

Cómo elegir el mejor merchandising para nuestro establecimiento.

Hoy en día la conciencia social acerca del consumismo y la necesidad de disminuir deshechos y potenciar el reciclaje es cada vez más alta. Por ello es importante que tengamos en cuenta los materiales y el sentido de nuestro regalo, al menos hasta un punto.

Por otra parte, los clientes siempre valoran los productos locales o de proximidad. Siempre que sea posible, es bueno colaborar con emprendedores locales o pequeños comercios con los que poder establecer sinergias.

La tercera parte, por supuesto, la utilidad. Por lógica, es mucho más probable que si nuestro cliente va a utilizar a menudo nuestro regalo, se acordará más a menudo de nosotros. Y por último, la originalidad, pues no hay nada más impactante que despertar una sonrisa o una cómplice mirada de sorpresa.